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Una aldea de Salamanca se aferra al corcho
Todos han puesto de su parte: el Ayuntamiento ha cedido un terreno de quince hectáreas, los vecinos y forasteros han plantado los árboles e incluso gente de pueblos próximos como Morasverdes, Sancti Spiritus o Alba de Yeltes también han colaborado de una u otra forma.
Desde el 5 de diciembre y durante esta semana, toda la aldea acude a la finca municipal de El Alcornocal para practicar un agujero en la tierra, colocar el plantón y protegerle del viento y de los animales con un plástico cilíndrico y una estaca.
"A día de hoy, en Bocacara tenemos alrededor de 1.200 alcornoques y cada nueve años recogemos el corcho, que nos sirve para tener un dinero con el que desarrollar proyectos para todo el pueblo", ha explicado hoy a Efe el alcalde, Javier Cabrera.
El último descorche fue en 2002, "cuando se obtuvo un beneficio de 61 millones de pesetas", según el regidor, "con el que pudimos asfaltar muchas calles y adecentar la Plaza Mayor".
Los vecinos también recuerdan que con el descorche de 1993 se pudieron construir las actuales piscinas municipales.
En este pueblo existen alcornoques de más de doscientos años, "algunos ya muy viejos y de ahí que sea necesaria una repoblación como la que hemos acometido", ha añadido.
En 2002 se obtuvieron 2.350 quintales de corcho, equivalentes a 110.000 kilos, dando cada árbol una media de 91 kilos, cuyo precio aquel año en lonja fue de 564 pesetas por unidad.
El objetivo es que dentro de unos cincuenta años se puedan recoger los primeros frutos de estos alcornoques recién plantados, que apenas llegan ahora a los diez centímetros de altura.
Todo comenzó hace un año cuando la asociación Nualde de Bocacara congregó a todo el pueblo para recoger bellotas de alcornoque que, posteriormente, se sembraron en un vivero y de las que se han obtenido los 3.000 plantones.
El alcalde también ha destaca la "especial calidad" del corcho de Bocacara, por el que se han interesado buena parte de las bodegas de La Rioja.
El siguiente descorche, previsto para 2011, comenzará entonces con una subasta pública donde intermediarios ofrecen un precio y, además, se encargan de su extracción, ha explicado Cabrera.
Durante estos días, los más mayores del lugar se afanan por seguir plantando los quinientos alcornoques que aún están en la maceta.
La técnica también requiere de algunas nociones ya que, según el vecino Esteban Fonseca, "el plantón tiene que recibir únicamente el aire que le llega desde la Peña de Francia, y hay que protegerlos del aire cierzo.
Dentro de una centena de años, los descendientes de los actuales vecinos de Bocacara podrán recordar a sus antepasados a través de este 'alcornocal', ya que la mayoría de los plantones llevan el nombre de la persona que lo ha sembrado. EFE 1010438 cgg/rjh

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